Según lo informó recientemente Ecopetrol, en el período noviembre – diciembre del año 2020 el consumo de gasolina extra en el país aumentó, llegando a venderse cerca de 4.300 barriles (700 barriles más que en el mismo periodo del año 2019).
La masiva llegada al mercado colombiano de vehículos tipo turbo, así como el uso generalizado del automóvil debido a la pandemia son los factores que han llevado al aumento de la demanda de este tipo de combustible.
Además de esto, vale recordar el anuncio en el 2019 por parte de Ecopetrol sobre el mejoramiento de los estándares de calidad de la gasolina extra, que en ese momento pasaba de 87 a 91 IAD (medida del octanaje usada en Estados Unidos y Latinoamérica).
En otras palabras, esto refleja un incremento de 94 a 95 octanos, lo que implica estar dentro de los parámetros de calidad internacional para gasolina extra. Situación distinta a la gasolina corriente que en el país se mantiene en los 84 octanos, resultando una cifra de baja calidad frente al panorama internacional.
Dicho aumento en la calidad del combustible va de la mano con la reducción de los niveles de azufre presentes en la gasolina comercializada en Colombia. 50 – 60 partes por millón (ppm) es la cifra que actualmente se maneja en el país, lo que se traduce en un aire mucho más limpio y en vehículos menos contaminantes del medio ambiente.
Una manera de ahorrar
Necesariamente esto se refleja en el precio de cada tipo de gasolina (en promedio, el costo de la gasolina corriente en Colombia es alrededor de $8400 por galón, mientras que el precio de la extra llega a rondar los $11.100).
Sin embargo, no necesariamente la gasolina extra garantizará un mejor rendimiento del vehículo.
Otros factores como la relación de compresión o la altitud de la ciudad en la que se transita influyen considerablemente. Esto debido a que, cuanto mayor sea la altitud, es menor la presión atmosférica, lo que hace que haya menos cantidad de aire y que este sea más denso que a menores altitudes.
A su vez la relación de compresión se relaciona con el número de veces que una unidad de aire se comprime en la cámara del motor. (Por ejemplo, una relación 7:1 significa que la unidad de aire se comprime 7 veces en la misma cámara).
Por esta razón, a mayor altura menos aire y menos compresión, lo que repercute en una conducción sin vibraciones o “cascabeleos”. Por ende, a mayor altura menor requerimiento de gasolina extra, a menor altitud mayor requerimiento.
Para una ciudad como Pereira que se encuentra sobre los 1411 m.s.n.m, no será un requisito incondicional la gasolina extra como sí lo debería ser para otras ciudades que se encuentren a menor altitud.
Mientras que para ciudades con altura superior a los 1700 m.s.n.m. será suficiente la gasolina corriente.
En todo caso, recuerda que lo más importante es el óptimo rendimiento del automóvil y dotarlo de los mejores y sobretodo, más acertados componentes para cada situación y para cada automotor. Pues un buen desempeño significa un buen cuidado.
Puedes ensayar inicialmente con gasolina corriente y constatar si se presenta recalentamiento, pérdida de potencia o cascabeleo. En caso de que se te presenten estos inconvenientes, puedes empezar a retanquear subiendo el octanaje, con extra y verificar si mejora la situación.
En caso de que los inconvenientes persistan, es necesario consultar con los expertos.
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Otras recomendaciones que Cardisel te brinda:
Un motor en estado de sincronización óptimo mejora el rendimiento.
Más importante que el sistema de inyección o de carburador para escoger el tipo de gasolina, es la relación de compresión la que debe determinarlo.
No es necesario el calentamiento previo al arranque para un motor a gasolina es desperdiciar combustible. Lo recomendable es hacer un arranque suave mientras se calienta el motor.
Si vas a parar más de 5 minutos lo mejor es apagar el motor. Esto y una conducción sin exageradas aceleraciones, optimizan el consumo de combustible.
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